Como giramos en el mundo, imágenes imprecisas y mágicas entran en la mente del solitario, del vagabundo, del bohemio, del errante, del ebrio pordiosero. Volar con las letras sagradas, de alto calibre en clave de sol. Escritas por el poeta y pintor; que, en su viaje por su espíritu, en su cosmos vibrante creado por efímeros pensamientos, enfrenta la realidad irreal, examina la imaginación inimaginable. Creando dudas y doctrinas con olor a negro incienso.
La vida da vueltas, gira en nosotros, creando impulsos a distintas ilusiones que se exhiben al frente nuestro. Fantasmas, duendes, seres incomprensibles que mañana y tarde rodean nuestro Universo cromático. La ignorancia de los mismos llega a ser contradictorio, y molesto en futuros mágicos de esperanza, dolor, alegría y frustración.
Historias nefastas y lacrimosas de uno y otro y otro y otro (y porqué no un quinto y un sexto, porqué no un Mundo apartado de vanidad y alegría). Fábulas de amor y desamor, alegría y melancolía, con similitudes, y quintas y sextas desarmonías que diferencian y extraen lágrimas de “nosotros”.
-J.M.C.H-
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